miércoles, 20 de agosto de 2014

Purr

Yo no tengo palabras, se hacen líquido salado y mocos. Por eso me tomaré el atrevimiento de reproducir aquí la cartita amorosa, muy amorosa que @dollekonijn le dejó a Purr en mi buzón. Tal vez el aire virtual lo acaricie donde quiera que esté, seguramente junto a Misha:

Acabo de leer con profunda tristeza que te acabas de ir, Purr querido... Te lloro como si mi Misha se acabara de ir también. Ustedes los felinos tienen formas misteriosas de soltarnos y dejarnos aquí solitos porque piensan que ya estamos listos ¿será? ¿habremos aprendido las lecciones que vinieron a enseñarnos? porque sé que entre garritas y felpas traen planes felinos llenos de amor, alegría, regaños con miradas y comprensión entre rronrroneo y rronrroneo...
El tiempo que compartimos, que jugamos al gato salvaje, que cantamos "gatito cheff", y que te conté mis más íntimos secretos con el alma será una perlita que guardaré en mi corazón, mi Purrecillo. Te extraño desde hace rato, y ahora no sé qué haré al saber que no te volveré a ver en mucho tiempo, por lo menos hasta que me toque cruzar el río ese en el que me vas a ayudar a pasar del otro lado.
Gracias a tu gata grande Alejandra por compartirte y por dejarme cuidarte. Supongo que en estos momentos ella va a estar un poquito inconsolable por tu temprana partida. Decidiste largarte a ver crecer lechugas bajo la tierra porque supongo que es un lugar muy divertido, lleno de bichitos para perseguir y de campos por los cuales correr mientras el aire acaricia tus felpas. 
Te pediré un gran favor: cuando veas a mi Misha dile que la extraño muchísimo, que me hace falta en mis piernas para escribir y que necesito que me aconseje con sus miradas profundas, que sus lengüetazos matinales y sus patitas en mi espalda me hacen falta. Pero también dile que estoy bien y que sé que allá en el cielo de los gatos es muy feliz. 
Purr, Purrecillo, Félpides, te cargo y te volteo panza arriba, te persigo para agarrarte los peluches de tu traserito, me quedo con tus pelitos entre mis pantalones negros y tus patitas como pantuflas encima de mi lap, me quedo con tus maullidos a las tres de la mañana y mordidas de cariño feroz. 
Gracias por dejarme cuidarte, por dejarme ser tu amiga... Te quiero mucho, felpita de amor.